Los superhéroes están a la moda, seguro conoces a Batman el caballero de la noche o al increíble hombre verde Hulk, pero no me refiero solo a estos superhéroes llenos de poderes y fuerza que encontramos en el cine americano. Sino que en Republica Dominicana, también contamos con nuestros superhéroes aunque no necesariamente son nuestros defensores.
Me refiero a la posición de que nada en el mundo puede destruirlos, son infalibles, inmutables, nunca morirán ni habrá fuerza mayor que ellos. Así son los superhéroes, así es nuestro Súper Faustino.
Hace varios días algunos medios se han hecho eco de solo uno de los tantos casos que ocurren en nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde algunos profesores al parecer no conformes con su salario, han utilizado tácticas para obtener un dinerito extra, que nada tiene de malo. Pero la parte desagradable del asunto es cuando obligan a los estudiantes a ser sus compradores compulsivos.
Para defender la posición del estudiantado no me voy a enfatizar en la famosa resolución 2000-091, que impide la venta compulsiva de libros y materiales a estudiantes de la universidad. Para esto necesitamos basarnos en los derechos humanos, en que antes de estudiantes somos personas que exigimos respeto, y la libertad que hace muchos años nos concedió La Revolución Francesa.
A manera general se conoce a Pérez, como el profesor de Fotografía, al cual hay que comprar varios materiales y memorizar esquemas para aprobar. No importa que hayas o no obtenido el conocimiento que se requiere sobre la materia.
Los materiales del catedrático sobrepasan los 300 pesos y no pueden ser de una edición anterior, por lo que el estudiante esta obligado a comprar el material y ajustarse a unas reglas mas frías que las impuestas por Trujillo o Balaguer en sus tiempos.
Hay héroes que pueden volar, otros pueden controlar el tiempo, el fuego, el hierro e incluso la mente, pero el profesor Faustino Pérez posee algo mucho mas poderoso, y es que al parecer tiene de su lado a grandes autoridades de la universidad, que lo resguardan y le dan la libertad de sentirse indestructible y con albedrío de hacer lo que desee, sin ningún reproche.
Faustino parece un personaje de ficción cuyos ideales superan la cima de la ridiculez y la hipocresía que creíamos carecían los pedagogos.
Los siguientes libros:”Letreros populares dominicanos” y “diccionario de gestos dominicanos, deberían ser quemados, demolidos, pulverizados y escupirles encima, pues no están destinados a enriquecer y facilitar conocimiento sino a remunerar un dinero que no es devuelto con calidad docente. Pero la crítica es la manera de desmantelar un negocio que frustra las capacidades de nuestros estudiantes.
Aunque existan más profesores que realicen los mismos mecanismos, con este ejemplo se puede lograr vigilar a los semidioses que desean controlar nuestros bolsillos y percepciones. Pues si somos estudiantes, debemos exigir conocimiento e inteligencia, pero a la vez esa noción debe ser remunerada con comprensión, sensatez y prudencia, pues aunque un anillo se encuentre en nuestro dedo, un diploma en nuestra pared y hayamos recorrido muchos años de carrera como es el caso de Faustino, de nada nos sirve todo esto si no hemos crecido como humanos, entes que respetamos a los demás para de la misma manera ser respetados.
No hay nada personal contra Faustino Pérez, solo hay una preocupación particular por los futuros estudiantes y aun mas por que nuestros profesores comprendan lo que en realidad necesitamos, un humano con conocimiento que brindar, y no un superhéroe que fustigue, vapulee y maltrate a su capricho.
Me refiero a la posición de que nada en el mundo puede destruirlos, son infalibles, inmutables, nunca morirán ni habrá fuerza mayor que ellos. Así son los superhéroes, así es nuestro Súper Faustino.
Hace varios días algunos medios se han hecho eco de solo uno de los tantos casos que ocurren en nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde algunos profesores al parecer no conformes con su salario, han utilizado tácticas para obtener un dinerito extra, que nada tiene de malo. Pero la parte desagradable del asunto es cuando obligan a los estudiantes a ser sus compradores compulsivos.
Para defender la posición del estudiantado no me voy a enfatizar en la famosa resolución 2000-091, que impide la venta compulsiva de libros y materiales a estudiantes de la universidad. Para esto necesitamos basarnos en los derechos humanos, en que antes de estudiantes somos personas que exigimos respeto, y la libertad que hace muchos años nos concedió La Revolución Francesa.
A manera general se conoce a Pérez, como el profesor de Fotografía, al cual hay que comprar varios materiales y memorizar esquemas para aprobar. No importa que hayas o no obtenido el conocimiento que se requiere sobre la materia.
Los materiales del catedrático sobrepasan los 300 pesos y no pueden ser de una edición anterior, por lo que el estudiante esta obligado a comprar el material y ajustarse a unas reglas mas frías que las impuestas por Trujillo o Balaguer en sus tiempos.
Hay héroes que pueden volar, otros pueden controlar el tiempo, el fuego, el hierro e incluso la mente, pero el profesor Faustino Pérez posee algo mucho mas poderoso, y es que al parecer tiene de su lado a grandes autoridades de la universidad, que lo resguardan y le dan la libertad de sentirse indestructible y con albedrío de hacer lo que desee, sin ningún reproche.
Faustino parece un personaje de ficción cuyos ideales superan la cima de la ridiculez y la hipocresía que creíamos carecían los pedagogos.
Los siguientes libros:”Letreros populares dominicanos” y “diccionario de gestos dominicanos, deberían ser quemados, demolidos, pulverizados y escupirles encima, pues no están destinados a enriquecer y facilitar conocimiento sino a remunerar un dinero que no es devuelto con calidad docente. Pero la crítica es la manera de desmantelar un negocio que frustra las capacidades de nuestros estudiantes.
Aunque existan más profesores que realicen los mismos mecanismos, con este ejemplo se puede lograr vigilar a los semidioses que desean controlar nuestros bolsillos y percepciones. Pues si somos estudiantes, debemos exigir conocimiento e inteligencia, pero a la vez esa noción debe ser remunerada con comprensión, sensatez y prudencia, pues aunque un anillo se encuentre en nuestro dedo, un diploma en nuestra pared y hayamos recorrido muchos años de carrera como es el caso de Faustino, de nada nos sirve todo esto si no hemos crecido como humanos, entes que respetamos a los demás para de la misma manera ser respetados.
No hay nada personal contra Faustino Pérez, solo hay una preocupación particular por los futuros estudiantes y aun mas por que nuestros profesores comprendan lo que en realidad necesitamos, un humano con conocimiento que brindar, y no un superhéroe que fustigue, vapulee y maltrate a su capricho.
3 comentarios:
Pero Wallace! Se la tiraste dura mijo. Leonela
Leí y me gustó. Oscar Quezada
Tan culpables como ese rufián y mediocre docente son l@s estudiantes, que ni por sus $$$ protestan, y a quienes sí reclamábamos nuestros - y sus - derechos, nos llamaban "anarquistas" o "delincuentes"... Que vivan las gomas encendidas! Esa vaina del Faustino se resuelve con una galleta y el subsiguiente volante explicativo. Atte. Alexander (El Chavista VIP)
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