viernes, 3 de octubre de 2008

Cuestión de un dolor de muelas



Aunque nuestro país esta lleno de playas, esperanza y la paz mediática que muchos desearían, también nos encontramos en el mismo país de timadores y bondadosos, de traficantes y mercaderes de criminales y santos profanadores.


Lamentablemente los problemas que arropan a nuestra sociedad, parecen ser cuestión de un dolor de muelas. Algo que nos duele, nos hace ver dificultades en medio de múltiples oportunidades, pero solo basta que aparezca otro problema o alguna anestesia que nos alivie, para que olvidemos en las circunstancias en que nos encontramos.


A lo que me refiero es que no es necesario acudir a los actuales temas que cuestiona Wilton Guerrero, o recibir la noticia de un cargamento más, para que nuestra atención se concentre en el problema de narcotráfico.

Nuestras autoridades nos han colocado un manto a través del cual muchos se protegen, pero es que los casos de los cuales escapamos cada día no son el síntoma que debemos curar, nuestras podridas entidades albergan raíces que deben ser cortadas, amputadas para que podamos reducir este flagelo.


Es que así como en el caso de una persona con Cáncer que trate de aliviar un dolor de cabeza que le aqueja o que trate de sujetarse a algo para no caer. Sin ser doctor podría recomendar al enfermo ir directo al problema, pues en la raíz es donde podemos en primera instancia sanar cualquier cúmulo de males.

Desde mediados de este año Wilton Guerrero, senador de Peravia y dirigente del PLD, ha denunciado a instituciones del gobierno por mantener estrechas relaciones con el narcotráfico. Entre sus denunciados se encuentran la Policía Nacional y la misma DNCD, entidades en las cuales nos respaldamos y confiamos en que nos cuidan las espaldas.

Entonces, ¿si son estas instituciones nuestro refugio, desde que momento nos encontramos desprotegidos?, esta pregunta no es trivial, no es una pregunta que tengamos que contestar con libros de economía, de física o de astronomía, todo esta a la vista de todos.

El contrabando de drogas en nuestro país no es algo nuevo, es un sistema que ha ido creciendo desde hace muchos años, que ha sido eco de la opinión mundial que no nos ha dejado muy bien parado en el asunto.

El presidente Leonel Fernández citó un aviso de la disminución de vigilancia de las embarcaciones de patrullaje. Coincidencialmente, otros informes internacionales han dado a conocer el pasado viernes, que los envíos de droga a Haití y República Dominicana se han cuadruplicado desde 2003.

Este informe es uno muy alarmante y como podemos deducir nos sitúa en una posición nada privilegiada que denuncia la presencia activa de nuestro país en los aires contrabandistas.

Solo nos queda ser positivos, confiar en que nuestras autoridades por limpiar su nombre, por pena o por vergüenza permitan cerrar un poco la brecha que ha dejado salir y entrar al producto más comercial y sin necesidad de publicidad, la droga.

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